José siempre estaba alegre y tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, respondía: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.
Era un gerente único. Varias camareras lo habían seguido de un restaurante a otro por su actitud. Era un motivador natural. Si un empleado tenía un mal día, José estaba allí para ayudarle a encontrar el lado positivo de la situación.
Este estilo me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a José y le pregunté:
- No lo entiendo. No se puede ser una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo lo hace?